Restaurante Villa María

El restaurante Villa María está situado en el Vall de Boí (comarca de l'Alta Ribagorça, en el Pirineo de Lleida), famoso por el arte románico, por el Parque Nacional de Aigüestortes y por las pistas de esquí de Boi-Taüll.

Yo soy de allí y siempre me daba pena que una comarca con tantas cosas que ofrecer siempre hubiera carecido de restaurantes con una carta lo suficientemente atractiva como para añadir nuevos motivos para visitar esta comarca.

Por suerte la cosa ha cambiado. Los primeros en dar un paso adelante para empezar a dar prestigio a la oferta gastronómica de l'Alta Ribagorça fueron Felipe y Esther, que en 1980 abrieron el restaurante Villa María y no han dejado de formarse y añadir platos innovadores a su apetitosa carta.

Si tuviera que repetir las palabras que dije sobre la cocina de este lugar al terminar de comer, mi reseña quedaría vacía.

Particularmente un entrecot de buey que me pusieron de segundo plato del que yo no daba crédito. Un sabor intenso y la carne justo en el punto que a mí me gusta. Podría llorar.

Y no es que su pasta con salsa de setas desmereciera, pero cuando un plato te deja callado, es del primero del que quieres hablar.

De postre me tomé un helado con brownie, aunque yo recomendaría la mousse de yogur porque tiene una pinta símplemente perfecta.

No puedo

La primera impresión fué de decepción, porque entramos por la parte de arriba que no es mas que un bar de carretera pero el dueño nos indico que saliendo por el lateral se encontraba el restaurante, y a partir de ahí mi percepción cambió por completo.

Con un ambiente mágico, unas mesas bien decoradas, silencioso, pequeño (unas 10 mesas), las paredes de piedra...lo convierten en un ambiente muy acogedor.

Y con la comida se confirmó que Villa María es de lo mejorcito del Valle. En nuestro caso pedimos un menú de 18€ con IVA incluido (también tienen menú para niños por 9€). Mi elección fué crepe de espinacas y gambas y de segundo magret de pato. Y de postre pastel de queso.

Este pequeño restaurante tiene una cocina excepcional. Producto de primera calidad al que le da una y mil vueltas para sorprenderte. Tienen el segundo puesto en las mejores tapas de Lleida, así que ya os podéis imaginar. Se puede optar por cocina tradicional catalana como la Escudella, pero también por un crepe de gambas con espinacas y seguir con cosas más tradicionales como un entrecot con el sabor y la materia prima por bandera, o por un magret de pato que es una de las joyas de la corona del restaurante. Dejaos aconsejar para el vino y probad alguno de la región y atentos a los postres.

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