Comida italiana en un hamman árabe
El restaurante mesón del moro, como sevillano que soy, es el primero al que suelo llevar a mis amigos de fuera cuando vienen a visitarme. En Sevilla no todo es “pescaito”, tapeo y cañitas, de vez en cuando apetece cambiar un poco y una noche de buena comida italiana nunca viene mal y para ello, el restaurante San Marcos de la C/ Mesón del Moro es el lugar idea, por su ubicación, exterior, junto a una de las calles con mejores vistas de la Giralda; e interior, construido sobre uno de los baños árabes mejor conservados de la ciudad. Un hamman árabe del siglo XII que conserva sus arcos mudéjares y que sirvió de inspiración al mismísimo Quevedo en su novela "El buscón".
El interior es una pasada. Si podéis llamar antes para reservar la parte baja mucho mejor, cenar bajo las luces que atraviesan agujeros con forma de estrella es una experiencia genial, sino, no hay problema porque la parte superior, aunque más moderna, está estupendamente decorada, mucho más moderna pero con rincones muy íntimos, entre arcadas y pequeñas escaleritas que son una pasada.
A destacar de la parte superior del restaurante, una enorme puerta marroquí restaurada expresamente para el restaurante y de la parte baja, los arcos que anteriormente mencioné que junto a un guitarrista que suavemente toca guitarra española harán las delicias de una velada estupenda con sabor italiano.
Como entrantes no están mal el revuelto de patatas y bacalao, risotto de boletus y foie, un carpaccio o un surtido de patés caseros. Como platos principales, yo como siempre, fiel a mi pasta "frutos del mar". Mejillones, almejas, langostinos tigre, gambas, choquitos y una salsa exquisita que puedes combinar con la pasta que quieras. La lasagna en pasta verde es exquisita y también podréis optar por pescados como el salmón con espinacas y crema de setas, atún, dorada o carnes como solomillo de cerdo con pimientos confitados, escalope a la milanesa, escalopines a la gorgonzola, al vino marsala o a la pimienta verde, solomillo de buey con hígado de pato, pechuga de pularda a la crema de pasas o mi preferida, la pata de cordero asada al tomillo.
Los postres deliciosos y recomiendo, cómo no, los profiteroles y la creppe veneciana rellena de vainilla bañada en chocolate.
Como veis, legado histórico, junto a la Giralda, a buen precio, muy sabroso y con un toque de glamour que personajes de la talla de Madonna o Tom Cruise ya han dejado en sus visitas a este restaurante cada vez que vienen a Sevilla.