Granada es una ciudad con mucha...
Granada es una ciudad con mucha variedad y cantidad de restaurantes. Pero este restaurante se distingue entre este conglomerado tan amplio por ser un restaurante popular donde la relación calidad/precio es altísima.
Nosotros encontramos este local por casualidad. Habíamos pretendido reservar por teléfono una mesa en un italiano cercano, pero la cola llegaba hasta la calle y la sensación de agobio dentro era extrema. Así que decidimos probar el Saffron del que nos habían hablado maravillas, y acertamos.
Para encontrarlo hay que dirigirse al centro de Granada. A la derecha de la Catedral, frente al Ayuntamiento, está el Palacio de los Patos y en su lateral derecho una calle donde se encuentra este restaurante. Un punto a su favor es que enfrente del mismo hay un aparcamiento público, por lo que no es necesario plantearse dónde dejar el coche.
Es un local pequeño, calculo que para 50 comensales. Está decorado con gusto. Pero nosotros optamos por utilizar la terraza exterior, aún a riesgo de que nos lloviera porque el tiempo estaba inestable. No nos mojamos y coincidimos con un grupo de granadinas que estaban haciendo una despedida de solteras.
En la fachada del restaurante hay un cartelón con el menú del día y su precio, 11.50 euros. Yo creo que este cartelón les espanta clientela, que prefiere perder medio día en el italiano para comerse con prisas un plato de espaguettis por diez euros.
El Saffron es un especialista en tapas. Nada más sentarnos nos ofrecieron tres pinchos gigantescos para acompañar las bebidas. Después mirando la carta optamos por tapear. Los pinchos son muy originales, como los langostinos con paté y caramelo, pura delicia por la sabia combinación de sabores. Sus precios sorprendentes, un pincho sale entre 0.90 y 1.5.0 euros con tres o cuatro te llenas porque son de gran tamaño.
Yo, personalmente, opté por el guiso del día, un plato de arroz con verduras que acabó con mi apetito, y ya a duras penas pude zamparme un combinado de carne y pulpo. Mis compañeros se dedicaron a ir probando pinchos. Al final salimos a diez euros por cabeza y pedimos al cocinero que saliera, sorprendidos por la calidad, la cantidad, la presentación y el precio.
Tienen ganas de destacar en la gastronomía local, y seguro que lo van a lograr porque el que aquí se sienta a tapear vuelve. Nosotros ya tenemos un sitio fijo para comer de calidad en el centro de Granada. Están rodeados de mucha competencia pero el producto que ofrecen no tiene rival.
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