Sacha es uno de los grandes templos del producto en Madrid.
En verano, además, su terraza es una de las más agradables: amplia, en un patio tranquilo, y muy bien iluminada. En cuanto a la comida, Sacha se define como botillería y fogón, al estilo de un bistró parisino, donde la máxima es dar de comer rico, sabroso y hacer que los comensales disfruten de principio a fin alrededor de la comida.
En la carta grandes platos de temporada como las almejas o los mejillones, con salsas de las de mojar y mojar. Buenísimas las ortiguillas y el bonito a la antigua. Es casi, casi obligatorio terminar con el tuétano y el steak tartar, probablemente uno de los mejores de Madrid.