Malo es poco
He caído en esta página por casualidad y me he dado cuenta de que es el restaurante donde comí este verano (2013), de visita en Buitrago. Llegamos con un hambre atroz y entramos en el primer lugar que nos sedujo y donde no había mucha gente (mala señal), pues el resto de restaurantes aledaños tenían colas descomunales. La primera impresión fue pésima, pero somos muy vergonzosos como para salir una vez nos han dicho que podemos sentarnos. No suele importarme mucho la decoración de los lugares, pero éste me dejó estupefacta: mesas de terraza en el interior y mala disposición.
Después de pedir los platos de menú, el camarero nos preguntó DESDE LA BARRA, a unos 4 metros qué queríamos beber. Nos pareció una falta de educación preguntar eso a voces, en lugar de acercarse a la mesa a preguntar cortesmente.