Restaurante Pulpería Manda Carallo
Aquí sí que se toca el cielo a sabiendas de que lo se diga es poco. Todos los elogios se quedan cortos. Cuento mi experiencia: el pasado sábado celebré allí el 105º cumpleaños de mi padre. Nunca los detalles humanos me acertaron en el órgano diana del corazón como tras el cuidado y esmerado trato de Carlos y Rosi. Este punto es esencial, pero no es único ni decisivo sino fuese por la destreza, el oficio y las habilidades de la cocina de este lugar.
Por supuesto, los productos empleados son de primera. Esto lo certifican los familiares autóctonos que vinieron desde Galicia al referido cumple.