“Muy bien, casi excelente, pero....”
Sitio acogedor, bien situado, comida de restauración a un precio asequible. Hasta aquí muy bien porque se come muy bien a un precio suficientemente ajustado. Hablo del Menu Izarra; tiempos de espera entre platos muy cortos, atención personal constante por el servicio de mesa, todo ello pese a tener lleno el comedor (aunque no hubiera 20 mesas, habría más de 60 clientes.). Pero..siempre hay un pero, dos cosas empañan la puntuación para llegar a la excelencia. Una, la más flagrante, el cobro del agua del grifo. La segunda, la sequedad, como de poca proximidad, como de mantener las distancias y mantener la barrera bajada, del jefe de sala, quiero suponer que era. Me explico.
Lo de cobro del agua del grifo es tal y como lo cuento y, aunque puede tener su justificación, no es de recibo para un local de la categoría a la que esta la comida y el servicio del restaurante Tamarises. Cuando nos sirvieron el agua, la misma venía embotellada en una botella, de bonito diseño, serigrafiada con el nombre de Restaurante Tamarises y con la leyenda de "AGUA KM.0". Y, ¡claro que es de km.0!, ¡como que es del grifo! Veamos, detrás de la botella viene definida como "..agua microfiltrada proveniente de la red local.." El hecho lo manifesté cuando, a la terminación de la comida se me solicitó opinión de como había estado la comida, y la razón argumentada fue de que era un nuevo tipo de empresa, local, con las nuevas tendencias de evitar costes ecológicos.
.A mi, no me parece nada mal eso, pero pagar 2,50 € + IVA por botella por agua del grifo, si quedaría muchísimo mejor si el propio restaurante pone un sistema de filtrado por osmosis invertida que es capaz de filtrar, creo, 10000 litros de agua por un precio inferior a 500 € y el agua la regala a los comensales. Yo, quiero volver a este establecimiento pero, antes, preguntaré por el tipo de agua que me van a cobrar y, entonces, decidiré. Y, realmente, lo sentiré si, por esa causa, no vuelvo a degustar la excelente comida que sirven.
Lo de la sequedad del jefe de sala va con la persona, o con el día que puede tener esa persona, o con el momento de estrés que la sala llena pueda provocar en la persona. Aunque un bien profesional debe de estar por encima de todo eso. Pero bueno es una persona de carne y hueso. Quizás sea también la edad. Sin más.