Más que recomendable este sitio
Fuí a este restaurante con algo de resquemor al leer opiniones no muy positivas, pero fue todo una grata sorpresa,
el salón está muy cuco. Las mesas con manteles y a juego con las sillas muy elegante.
Y lo mejor la comida. Nosotros pedimos croquetas y choricillos todo buenísimo y cantidad razonable. Luego judíones que eran pura manteca y muy buenos de sabor.
También pedimos dos chuletones de lomo bajo con un grosor de unos 8 centímetros y grandecito tierno tierno y con sabor.
También jabalí con manzana y frutos del bosque, exquisito y tierno. Para terminar un sorbete de lima y fresa que estaba riquísimo.