Restaurante Llantia

Volví al restaurante Llantía por segunda vez, aprovechando un viaje de trabajo a Barcelona, y también aprovechando para encontrarme con compañeros de viaje. Un lugar que no me decepciona, en un barrio que me encanta (el Born) y a buen precio... ¿qué más se puede pedir? (bueno, la compañía y la conversación sobre viajes, inmejorables siempre :-)).

Me gusta mucho su decoración de inspiración africana, la forma del local (pequeños salones a los que se accede por puertecitas con forma de arco) y la carta está muy bien! Tienen varios platos de pasta y yo destacaría una especie de raviolis rellenos de setas y con salsa de provolone (suave)... realmente ricos! Las ensaladas, también el pastel de pescados de roca con salsa de espinacas... y el pecado de chocolate!! Aunque esta vez yo opté por un helado de vainilla con zumo de naranja que también estaba buenísimo.

Restaurante de los pocos con menú de noche a un precio medio, razonable por la zona y teniendo en cuenta que en Barcelona hay muy pocos restaurantes con menú de cena. Acogedor y una opción céntrica para aprovechar la noche y pasear después o ir de copas por este bonito barrio, otra vez, el Born, el barrio de moda de la noche barcelonina. .

No volvería a ir.
Hemos pedido menú del día, y la experiencia no ha podido ser peor. El sitio olía a humedad, el baño oscuro con un fuerte olor a pintura y la cisterna rota, el menú ha sido pésimo, con decir que han puesto tomate frito de cartón en el atún ya podeis imaginar el resto, el pan duro, y el trato regular. Sin duda no vuelvo a ir ni gratis