Muy mala experiencia
Hace unos días estuvimos primero tomando una cerveza en el bar en el que había poquísima variedad de vinos y con posterioridad pasamos al restaurante. Nos indicaron que allí teníamos la exposición de pescados y cual no fue nuestra sorpresa al ver la nevera medio vacía y al preguntar por el nombre de los pescados llegamos a uno que ni ellos mismos sabían como se llamaba.
Nos sentamos en una mesa y tardaron más de 10 minutos en preguntarnos que íbamos a comer y sin darnos la carta previamente, a pesar de ser en ese momento los únicos que estábamos allí. Una vez con la carta en nuestro poder nos llamó la atención que varios platos tenían el precio escrito con lápiz, cosa que no he visto en ningún sitio. Empezamos a pedir y el camarero nos iba diciendo que no tenían hasta que dimos con que nos trajeran bonito a la plancha. Le preguntamos que tipo de guarnición llevaba y nuestra sorpresa fue que ninguna pero que podría poner unos trocitos de ajo fritos como acompañamiento y no tuve más remedio que pedirle una ensalada especial Las Brisas que se componía de 4 hojas de lechuga, un poco de zanahoria 3 aceitunas dos pepinillos unas cuantas alcaparras saladísimas y un pedazo de caballa, cuando en estos casos ponen siempre unos trozos de bonito y también pudimos comprobar que hay discriminación en la clientela ya que con posterioridad vimos que en otra de al lado llevaron las bebidas y un cuenco de almendras como aperitivo y por la nuestra pasaron de largo. La tardanza en servirnos fue superior a los 20 minutos y los precios: una rebanada de pan untada con aceite 0,90 cts. la unidad y un gallo pedro pequeñísimo, a lápiz, 40€ la unidad. Todo ello por poner un ejemplo.