La atención es la estrella
Aunque me encanta el lugar, y me encantaron los platos, el servicio fue la gran estrella de la noche en este emblemático restaurante.
La camarera nos aconsejó en todo: lo que debíamos cenar, con qué vinos debíamos combinarlo, nos explicó de dónde venían los productos que íbamos a tomarnos y cómo era la elaboración del vino.
Estuvo muy atenta a cuándo tenía que rellenar la copa y retirar los platos sin molestar ni agobiar en ningún momento. Es el tipo de atención que esperas en un restaurante: a tiempo, pero sin agobiar.
El lugar no debe desmerecerse. Decorado con enormes cuadros de los indianos y del estilo de vida de la isla, es de un gusto excelente, muy bonito, y que te permite echar un vistazo mientras esperas la cena, y te da un tema de conversación al mismo tiempo.