ANADEL
Los platos merecen la pena
En nuestra ruta invernal por la isla optamos por lo más inteligente, comer de picnic en cualquier sitio, y cenar en los alojamientos, todos ofrecen un plato para cenar, y hay que avisar mejor al llegar.
Poder cenar a las 20 horas tiene además muchas ventajas llevando esa marcha. Esta granja tiene un buen cocinero, un chico joven muy amable que nos preguntó que queríamos elegir, siempre hay poco, pero bueno.
El pollo y el cordero en salsa con su acompañamiento estaban para chuparse los dedos, y la tarta de chocolate.
Barato en ningún sitio lo es, pero al menos los platos merecen
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