Hoi An es un pueblecito de Vietnam,...
Hoi An es un pueblecito de Vietnam, creo que forma parte del Patrimonio de la Humanidad, y es que es el único lugar, prácticamente, donde poder ver la arquitectura tradicional (entre unos y otros, y los yanquis rematando, el país ha sido arrasado en más de una ocasión, y ahora se construye a base de hormigón y uralita, que hace furor...).
El caso es que esto es como el paraíso prometido, o algo así, y casi más desde la distancia lo afirmo rotundamente. Un pueblo pequeño, pintoresco, famoso por sus artesanías: Farolillos chinos, cerámica, tallas de madera, y sastres muchísimos sastres (por lo visto, por cuatro perras te hacen el traje que quieras a medida... Entre el calorazo, el 90% de humedad, y que la exposición de prendas era un pelín hortera, al final no nos animamos).
Hablando de calores y humedades... Realmente impresionante. Además, esto es lo malo de Hoi An, en sus calles no se encuentran soportales por los que caminar, ni las casas arrojan sombra de un lado al otro de la calle en todo el día... Es como si el sol (es que es así) sube por la mañana, se queda arriba colgado, y ya hasta la tarde, cuando se va a poner, no baja... Realmente incómodo y además pelín extraña la sensación.
Allí van a veranear famosisímos como Mick Jagger, George Clooney, y alguno más que no recuerdo... Y entre estos sitios, se puede encontrar un restaurante coqueto, tranquilo, y donde sobre todo puedes comer un marisco que... Uf! Recién pescado, muy bien hecho, junto con un postre de helado de mango y fruta de la pasión, vino vietnamita (no está nada mal), y alguna cosilla más... Por unos 14-16 euros por persona. Y sales a 4 patas de lo que has comido eh? En fin, que si váis por allí, pasaros para reservar (es pequeño)... Es muy fácil de localizar, ya que vas andando por el muelle (el mercado de frutas y pescado se extiende a lo largo de él), y un poquito más adelante, según pasas una especie de plaza con otro restaurante con terraza más grande, allí está el Haisan.
Por cierto, merece la pena madrugar para ver a los pescadores llegar al mercado, descargar, etc... Lo malo es que hay que levantarse casi de noche, y en fin... Se te hace tarde a la que te descuidas.
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