El Flamant es un restaurante céntrico, ...
El Flamant es un restaurante céntrico, aunque no situado exactamente en las rutas turísticas de la ciudad, que ofrece una cocina actual (la mezcla mediterráneo-oriental que domina el mundillo de la restauración) a unos precios más que aceptables y en un ambiente de diseño contemporáneo.
De la situación tan sólo puede decirse que está ubicado en la tranquila (y, en parte, peatonal) calle Enrique Granados, justo por debajo de la calle Aragón, y que es fácilmente accesible en transporte público.
El diseño merece mención aparte. Se trata de un antiguo almacén del cual se ha respetado la carpintería original y remozado con una decoración basada en los juegos de espejos y la iluminación íntima. El resultado es un local que combina un sentido de amplitud con unos claroscuros que lo hacen atrayente y que se complementa perfectamente con la calidez de la madera.
La cocina es en la línea de la restauración que domina en Barcelona: Moderna, con resabios tradicionales y toques exóticos. No estamos hablando de un restaurante de primer nivel, pero la factura de la mayoría de los platos es más que correcta. La carta es relativamente amplia, especialmente en el apartado postres, y la oferta de vinos, limitada pero correcta.
No obstante, all donde despunta el Flamant es en los precios, que son suaves y al alcance de muchos bolsillos. Si uno no se pasa con las bebidas, el precio de una comida a la carta no se dispara más allá de los 20 €. Y ello en un ambiente que está muy por encima de la mayoría de los antros para turistas que abundan en el centro de Barcelona. Recomendado.


