En el verano ibicenco no podía imaginar que daríamos con este pequeño rinconcito,de ambiente familiar y cocina típica de la tierra.Muy recomendable el bacalao Rebost y el Sofrito Payés.De postre,graxoa,una suerte de flan-ensalmada endulzado sin llegar a empalagar
Este pequeño y coqueto restaurante, que descubrimos por casualidad, nos sorprendió por su carta. Platos típicos, con no demasida variedad en la carta, cierto, pero elaborada con productos de la zona y de temporada. Nos gustó la forma de cocinar cosas sencillas. El servico excelente, camareros atentos y muy educados, aunque algo lentos El precio aunque algo caro, aceptable.
Fiandonos de las opiniones de otros usuarios, nos acercamos a comer a este sitio, siendo un acierto ya que por 11euros que costaba el menú diario comimos francamente bien.
Recomendable para el que busque otro tipo de Ibiza.