Marilo Marb
Muy recomendable
Bajo este original nombre, se esconde un bonito y acogedor Restaurante, con cocina de mercado sabrosísima y muy bien elaborada.
Muy ricas las croquetas de gambón, los huevos a la campera y sobre todo una de sus especialidades, el rodaballo con fideua y la alcachofas de Jerusalén.
Para postres fue un acierto pedir el pastel de queso y sorbete de lima y menta.
La relación calidad precio es muy buena, los platos principales sobre unos 20 euros.
La atención del personal es correcta. Abierto de martes a sábado, mejor reservar.
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