Frente a la gran desembocadura del...
Frente a la gran desembocadura del Bidasoa, pocos kilómetros antes de cruzar a Francia, se emplaza Hondarribia, una antigua villa de frontera dueña de un austero castillo –hoy convertido en fantástico Parador-, y de una historia plagada de batallas y escaramuzas con las ciudades vecinas.
Hondarribia tiene un sabor muy particular. Dentro de sus murallas del siglo XV se entremezclan mansiones de fachada barroca con casitas coloridas de pescadores, cuyos balcones de madera asoman floridos a las callejuelas estrechas y empinadas. Pasear por ellas, detenerse en la plaza Mayor, donde durante el fin de semana se montan mercadillos, es una delicia. La caminata puede seguir hacia la iglesia Santa María del Manzano, construida sobre los restos de las murallas. Desde allí se tienen unas vistas preciosas de la bahía de Txingudi, surcada por embarcaciones de todo tipo.