Déjate sorprender
Este restaurante lo conozco bien. Por alguna razón, en mi familia siempre ha sido uno de los restaurantes favoritos siempre que había que salir a celebrar algo. Agarrábamos el coche, una excursión a La Granja, y a comer a Zaca.
Además, ahora acaba de ser restaurado, por lo que todavía merece mucho más la pena la visita (antes era demasiado pequeño y era complicado encontrar mesa). Pese a la reforma, conviene aún reservar (su fama la precede).
Más allá del buen ambiente que hay en la mesa, lo que destaca por encima de todo es la cocina. Si quieres algo tradicional, los judiones de La Granja no son sólo un clásico sino que es difícil poder encontrarlos más sabrosos.