Impresionante
Fuimos a cenar dos personas. El restaurante es muy bonito sobre todo si te dan una mesa en alguna ventana ya que dan al mar. La comida excepcional, de entrantes comimos unas croquetas de cabrales (12 unidades) y de plato fuerte un rodaballo salvaje q estaba esquisito y q casi no pudimos terminar. Para beber tomamos cava y de postre arroz con leche. Para terminar tomamos 4 gin tonic de Martin miller en la terraza. Todo nos salió por 122€, nada caro ya q la calidad es muy alta y el trato del personal muy bueno.