El restaurante Casa Anido(Muros)ofrece diferentes platos de la cocina gallega.Esta antigua fábrica de salazón cuenta con unas excelentes vistas al mar y con 2 salones para degustar el marisco.Entre las especialidades de la casa se destacan el Salpicón de mariscos, merluza a la romana y carnes gallegas.El restaurante atiende todos los días de la semana.
Intentaré ser lo más objetiva posible contando la experiencia en este restaurante.
Somos un grupo de amigos de diferentes localidades que todos los años nos reunimos un fin de semana en Muiros, entre otras cosas solemos cenar una pequeña mariscada todos los años, nos preocupamos en seleccionar restaurante y encargar menú. Nunca tuvimos problemas hasta ayer.
Ayer, sábado 7 de julio de 2012, teníamos una reserva para doce personas, estaban encargados los 1º platos y los segundos. Se había encargado, días antes, salpicón de marisco, navajas y percebes; de segundos, chuletones, rodaballo, y no recuerdo si algún tipo más de pescado. Nos sirvieron el salpicón, estaba muy seco, sequísimo, aún con el salpicón en las fuentes nos trajeron las navajas, que, como se sirven calientes tuvimos que comer, aún antes de terminar el salpicón. Estábamos esperando los percebes cuando nos empiezan a traer los segundos: los chuletones. Ante nuestra sorpresa preguntamos por los percebes y nos dicen que: " se han olvidado de ellos, pero que no hay problema se lleva los segundos y nos los hace, que después nos calienta la carne y, evidentemente el pesacado" Se le dijo que no retirara la carne de la mesa, un chuletón para que este bueno tiene que ser tomado recién hecho. Uno de los comensales no había pedido ningún segundo y decidió que le hicieran un kilo de percebes. Para gastarle una pequeña broma, me acerqué a la cocina del restaurante en busca de la camarera que nos estaba atendiendo, y le dije que me pusiera a mi los percebes y no a la persona que los había pedido, no me entendió, me dijo que no, se lo volví a explicar y ante mi asombro volvía a decirme que no hasta que salió de la cocina la cocinera y le dijo que era para gastar una broma. Me fui al comedor, pero los percebes los trajo repartidos en varias fuentes que situó por la mesa. Al finalizar la cena, algunos salimos a la terraza del restaurante y allí tomamos café. Los que se quedaron en el comedor pidieron la cuenta, y pagaron. La factura era escrita a mano y con tachones, entre los cuales venían los percebes, que no cobraban (Nos pareció que hacían lo correcto pues la factura ascendía a a unos 450 euros aproximadamente y se dejaron alrededor de 8 euros de propina, y habían tenido un buen fallo). Cuando ya nos íbamos del restaurante y estábamos todos fuera diciéndole adiós, escuchamos un grito: " Eh rubia, tengo que decirte algo" Ante mi sorpresa, la rubia era yo, y me dijo que le debía los percebes, que eran 45 euros.Se los tenía que pagar yo, pues le había dicho que me los apuntará a mi.... Aquello fue surrealista. Prefiero pensar que la camarera tenía un mal día y que no se comporta así con todo el mundo. Se los pagué, aunque no lo costaban, pues eran pequeños, y no estaban bien hechos (los percebes se sirven calientes envueltos en un paño blanco). Después de pagar me preguntó si estabamos contentos, y le dije que no, explicándole todo lo que os he escrito aquí.