Marilo Marb
Muy bueno y barato
Íbamos a visitar el Museo de la Guerra, cuando empezó a caer agua a "mantas", apenas se veía la acera de enfrente y el cielo no dejaba lugar a dudas de que la ´lluvia no dejaría de acompañarnos en horas.
Como era casi la hora de comer, nos refugiamos en un restaurante cercano al museo, que tenia una bonita terraza donde podríamos comer a resguardo mientras veíamos caer chuzos de punta.
Fue todo un acierto, ya que nos sirvieron una de las sopas más buenas de Saigón, un bol con el caldo y los noodles y una gran ensaladera con muchas verduras para poder echarla a la sopa.
De segundo unos rollitos vegetales con una salsa no demasiado picante, crujientes y relleno de verduras y pollo.
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