Carlos Olmo
Lijiang es una hermosa ciudad,...
Lijiang es una hermosa ciudad, Patrimonio de la Humanidad, donde se puede decir que encontré mi ángel de la guarda chino. Llegué justo antes del año nuevo chino, llevaba deambulando horas buscando hotel, y en la recepción de uno se apareció ante mi Shana, una maestra de artes marciales que me ofreció alojarme en su academia, ya que los alumnos estaban de vacaciones, y no sólo eso, me cedió el apartamento de su hijo, que vivía en Londres.
Shana, una mujer extraordinaria, es también propietaria del restaurante Bluye Papaya, en la parte histórica de la ciudad, donde pasé la celebración del año nuevo.
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