Restaurante Ansils

Era la segunda vez que visitaba este restaurante, con un intervalo de tiempo bastante grande, más de 15 años, calculo. El lugar es acogedor, con una arquitectura ecléctica fusionada con la tradicional del valle. El servicio fue de un 10 y la comida excelente, basada en la cocina tradicional aragonesa fusionada con la contemporánea. Exquisitas las carnes de caza, impresionante las más de 200 referencias de su bodega, muy buenos los primeros y buena nota, también, para los postres todo ello a un precio más que razonable. El espacio entre mesas suficiente.

Un lugar de referencia para quien

He estado 2 veces en este Restaurante y varias personas me habían hablado muy bien de él.

Está situado en el encantador pueblo de Ansils, en el corazón del Valle de Benasque, su particularidad respecto a los otros pueblecitos del Valle es que está formado por un conjunto de casas solariegas algunas con gran valor histórico e incluso puedes ver que algunas tienen unas amplias caballerizas.

Desde el primer día me quedé enamorada de este lugar. Vas subiendo las escaleras y aprecias el ambiente tan encantador de la sala con una decoración cuidada y con un toque romántico (que no ñoño) que lo hacen realmente muy especial. Es el sitio perfecto para una cena romántica con tu pareja.

Un sitio muy especial en el precioso pueblecito de Anciles, el Ansils funciona en una casona reciclada, decorada con elementos vanguardistas. Convertido en todo un referente de la gastronomía de la comarca, los sabores tradicionales sorprenden en nuevas propuestas que surgen de la reinterpretación de la cocina típica del valle. Entre las especialidades, destacan en temporada las carnes de caza y los guisos de perdiz. Otras opciones son los platos a base del exquisito cordero del valle, la longaniza de Graus, el conejo, el magret de pato o la dorada. En cuanto a los caldos de su buena bodega, lo mejor es entregarse a las recomendaciones de Javier Pardo, segundo clasificado en el concurso Nariz de Oro de España, año 2000.

El “recao” (guiso típico del valle) está buenísimo, y la sopa de ajo, espectacular. El magret de pato totalmente recomendable. Muy buenos postres también.

Por poner una pega, no renuevan la carta desde hace mil años y aunque todo está delicioso, me la sé ya de memoria. Estaría bien un poco de innovación.

Aparte de su famoso recao, dejaros aconsejar por Javier, todo un experto en vinos y que tiene una increíble y variada bodega. El restaurante además consigue envolverte en una atmósfera relajada por su decoración y bien conseguida iluminación

Hemos estado varias veces, el lugar precioso y muy, muy tranquilo. Y la comida muy buena, de lo mejorcito que hemos probado en la zona.

Dar un paseo por la zona antes o después de comer es algo que no os deberías perder.

Buen lugar para terminar el Paseo a Anciles.