Andrea Sáenz
Alta cocina en un lugar original
Descubrimos este sitio por casualidad. No está en el hervidero de los restaurantes del centro, pero está muy bien situado. La decoración nos sorprendió, original, diferente y acogedora, lo que nos motivó a entrar. Pero lo que realmente nos conquistó fue la comida.
Recomendamos sobre todo los crudos, aunque todo lo que hemos pedido está rico y se nota que el producto es de calidad. Los precios son medios, ni caros ni baratos y merece la pena poder estar en un lugar relajado con una carta tan completa y asequible.