Restaurante Airiños do Miño

Paseando por la zona de plaza España, íbamos con unos amigos y llegó la hora de comer. Empezamos a pensar dónde, y de repente me vino a la cabeza el viejo restaurante gallego al que venía en época de la facul..., ¡claro, el Airiños!.

Casi me da algo al descubrir que sigue abierto, y que sigue tal cual, es como si el tiempo se hubiera paralizado. al ser vegetarianos preguntamos si había algo a aparte del marisco y carne, nos dijeron que sí. bueno, el menú baratísimo, y los platos de toda la vida. Esas sopas y potajes gallegos, mis amigos pidieron huevos y pimientos del piquillo. Ahh no marcharse sin probar la tarta Santiago y la tarta al wisky, uff.

Comida buena, hemos "conseguido" comer un día, porque hemos entrado y no nos podría echar. Pero en la semana siguiente, el dueño, creo que era, no nos dejó entrar por "tener el restaurante completo".

No sé si era porque vamos en ropa de trabajo (y nos lo podría decir y lo había entendido perfectamente) o trabajadores extranjeros. Es un local público, no un público particular.

Entre sus especialidades no podremos dejar de nombrar: raciones de pulpo, empanada gallega, lacón, pimientos de padrón, las mariscada y unas deliciosas croquetas de mariscos que son hechas con receta de la casa y elaboradas por su propio dueños. El precio es acorde, las raciones abundantes, y con una atención que sobresale por la amabilidad y hostilidad.