Kris por el mundo
Parada perfecta
Imagina que has pateado Plovdiv hasta terminar agotado. Cuestas, casas, ruinas romanas,... Y cuando crees que ya no puedes más llegas a un restaurante al final del casco antiguo de la ciudad, cerca de las ruinas de Eumolpias.
Os aseguro que uno no puede resistirse a tomar asiento en una de sus mesas bajo los altos árboles y pedir una cerveza búlgara bien fría. Mientras te refrescas, nada mejor que pedir la carta para ir decidiendo que pedir. Hay infinidad de platos típicos, pero sus pequeñas hamburguesas y sus verdura frita merecen la pena.
Y lo mejor es el precio. Se come bien
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