Roberto Gonzalez
Delicias del Sáhara
Lo primero que hicimos al llegar a tierra sahariana, y tras esperar una larga hora en el aeropuerto hasta que nuestro compañero Stan formalizara nuestra entrada en el país, fue encontrarnos con nuestro guía de viaje, Alí Salem, que nos llevaría por el desierto y que resultaría ser una excelente persona y un anfitrión cuidadoso y protector.
Salimos del aeropuerto y decidimos comer, puesto que el servicio de a bordo no incluía tres platos y postre, aunque es el mejor donut que he comido a más de 2.000 metros de altura, eso seguro.
El lugar elegido por Alí fue el Omaima, una especie de gran salón donde suelen celebrarse bodas y grandes comilonas post ramadam y que nos gustó tanto que decidimos volver la noche antes de nuestra partida.
Leer más
+7