Plaza del Ayuntamiento de Copenhague
Bueno, pues cuando llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, después de una buena caminata desde el hotel, hacía un sol radiante...3, 2, 1....A cubierto!!! Llueve a mares!!! Nunca había visto un cambio tan radical en tan poco tiempo. La lluvia parecía ser habitual para los daneses, pero para los turistas fue una sorpresa, que no dejaba de ser una mera curiosidad.
3, 2, 1...un sol que rajaba las piedras.. No entiendo la metereología danesa, os lo aseguro. Pero en fín, vuelve la luz a iluminar la belleza de la plaza.
El ayuntamiento impone, como un castillo en medio de una llanura, representando el poder de la administración, pero dejando espacio para la belleza por todas las esquinas y sobre todo su frente, con la estatua del obispo Absalón, considerado fundador de la ciudad.