Quinta Avenida

A lo largo de sus más de siete kilómetros, la Gran Vía de Nueva York nos ofrece alguno de los contrastes más sorprendentes de la ciudad y por supuesto, sus tiendas más famosas y glamourosas; quizá por eso sea uno de los escaparates más fotografiados y grandes del mundo.

Recordando a la inigualable Audrey Hepburn, nos detenemos ante la preciosa vitrina de Tiffany para soñar con las elegantes e inalcanzables joyas que exhibe, o nos actualizamos con las tendencias de Armani, Feragamo, Versace, Dior, Hugo Boss o Fendi, mientras vemos como Cartier compite en lujo con Vuitton o Bulgari. Podemos calmar ese ansia de lujo y materialismo parando para tomar un tentempié en lugares como el desenfadado Havana Central, o el Café Sabarsky decorado como un café vienés.

Estamos ante una de las calles más famosas de todo el mundo. La quinta avenida de Nueva York es símbolo de clase, de elegancia, de lujo, incluso. Ha sido y es escenario de cientos de películas y series y es una de las calles con más vida de todo Nueva York. Va desde el norte de Cebtral Park hasta más abajo del Flatiron, justo en el Washington Square Park, donde está el arco de Friends y Yo soy leyenda, para más señas. Por toda ella hay de todo, principalmente tiendas de grandes firmas. Así, desde el norte hacia el sur podemos ver:

Central Park
Las típicas casas con su entrada cubierta y doorman (portero)
El apple Center
La tiendas NBA, Disney, Abercrombies, Tiffanys, Cartier...

Una de las calles más famosas de Nueva York y, seguramente, del mundo. SIn embargo, para el turista, salvo para el que va con mucho dinero, sólo es un lugar para ir de paso o acercarse a algún lugar especial como la Applestore, la tienda NBA, etc. En general, lo que hay son grandes rascacielos de oficinas y, sobre todo, tiendas de lujo. Aún así, obviamente, hay que pasearla de arriba a abajo para sentir el espíritu neoyorquino.

La Quinta Av. es la calle de las Grandes Firmas comerciales, ademas de encontrarse el Rokefeler Center y la Iglesia de St. Patric.
El paseo por ella es interminable, pues los escaparates son dignos de ver, y el transito tanto de personas como de coches y taxis es tremendo, pero con una animación ¡¡¡. También hay que destacar las joyerías, propiedad casi en su totalidad por los judíos, teniendo en sus escaparates tantas piezas que es difícil concentrarte en alguna. El tramo que más anduvimos fue de la 54 hasta la plaza de inicio de Central Park, donde esta también la tienda de Apppel y la jugueteria FAO.