El Templo del Vasto Jardín
Serenidad, diría yo. Fe y espiritualidad que dirían otros.
El animismo y la veneración de los ancestros tienen un peso muy importante en la vida balinesa, incluso en la observancia hinduista local, hasta tal punto que nosotros como occidentales llegamos a pensar que no hacen otra cosa sino rezar, y que una mitad de los puestos de un mercado, por ejemplo son dedicados a ofrendas a los dioses.
Un amigo balinés me habló del término sekala- niskala que vendría a significar visible-invisible y que recoge la idea de que el mundo físico, el que podemos sentir y tocar está recorrido por un mundo espiritual. A los espíritus ( dioses y demonios) se les honra con ofrendas de flores y alimentos y los ancestros son divinizados en complejos rituales.
En el caso del Taman Ayun, en medio de Mengwi, una ciudad de paso, sin más interés cultural, pero cargada de gran poder espiritual, ya que según se cree, al estar en el eje que une las montañas con el mar proporciona la circulación armónica del agua desde las montañas a los arrozales, luego al mar y vuelta a las montañas.
Rodeado de fosos que simbolizan el mundo hinduista sobre el mar cósmico, sus torres meru representan las montañas, las residencias de los dioses, y algunos santuarios con forma de pabellón están revestidos de un honor especial, como uno de ellos con trono de loto donde se sientan los dioses hinduistas Shiva, Brahma y Visnu.
Todo esto podemos admirarlo y disfrutarlo con todo respeto, como siempre, desde un paseo que rodea la totalidad del templo sagrado, ya que no está permitida la entrada al interior.
Podemos, eso sí admirar de cerca la joya del conjunto, la Kori Agung o puerta principal con un curioso relieve del guardián Sai con dioses, profetas y figuras guardianas de la mitología balinesa. Sólo abre sus puertas durante las ceremonias, pero al estar lejos del corazón del templo, me atrevo a recomendar el paseo alrededor que verlo desde ella.
El templo está localizado entre dos corrientes de agua, que convierten el conjunto en un paraje idílico.


