Punta Nati

Punta Nati es soledad, aridez, casi un desierto. Por lo menos eso es lo que parece a primera vista, cuando dejamos atrás Ciutadella y nos alejamos de los caminos más trillados por el turista.
La carretera, indirecta y sinuosa hasta entonces, se convierte en una línea recta que nos lleva hasta un cabo rocoso donde se levanta un solitario e inaccesible faro. De él poco más puedo decir.
Eso sí, por el camino a ambos lados pueden verse las extrañas pero curiosas construcciones en piedra seca que dan cobijo al ganado en los días de frío y mal tiempo. Barraques y ponts, de aspecto oriental con sus pisos superpuestos, levantados con una magistral técnica sin argamasas ni cementos, utilizando una maestría autodidácta con siglos de antigüedad.

Recomiendo este árido paraje para los románticos.
Cita de vino tinto, cesta de picnic y velas (en días que no haya viento norte) para contemplar un cielo lleno de estrellas, acompañado por el rítmico destello del faro.

El camino hasta el faro de Punta Nati es relativamente corto (8km) pero muy duro para el que lo hace a pie. El agua es imprescindible. El acoso de la tramontana ha convertido toda esta zona en un desierto. Sólo hay piedras y aún algún rebaño de ovejas.

El premio está al final y sólo por ello vale la pena recorrer el camino. Los acantilados son impresionantes . Es un lugar muy recomendable para ver la puesta de sol.

Si vas a Menorca, no puedes dejar de visitar Punta Nati, situado a escasos kilómetros encima de Ciutadella, unas vista del norte de la isla preciosa. Se recomienda visitar a la puesta del sol, donde descubriras uno de los más bellos atardeceres de la isla. Prepara tu picnic y disfrutalo...no dejes de visitarlo

Bonito sitio para sacar el bocadillo y comer mirando el infinito marino. Acantilados con refugios militares donde se puede uno asomar y divisar si vienen los enemigos. Dicen que también merece mucho la pena contemplar el amanecer

A pesar de la dificultad de las nubes, la visión del fin del día en la parte mas al Nor-Oeste de Menorca, es un experiencia inolvidable. La recomiendo.

Un lugar precioso, con su faro, sus vistas y sus bunkers militares, es fácil llegar al faro, tienes un parking a 15 minutos, como mucho y el camino es muy cómodo.

Ideal para runners con experiencia. 18 Kms ida y vuelta desde el centro de Ciutadella hasta Punta Nati. La ida, muy dura, en constante ascenso. La vuelta, un auténtico placer.

Para los muy valientes es posible volver desde Punta Nati hasta Ciutadella por el Camí de Cavalls, un sendero que recorre toda la costa de la isla. En este tramo el firme es muy irregular y rocoso.

Imprescindible llevar AGUA.

Es perfecta para pasar un buen rato patinando o en bici, en verano hace mucho calor pero es una buena opción para pasar la mañana haciendo ejercicio.

Bonito lugar.... Salvaje y empedrado. Con un faro al final del camino. Lugar propio para ver las puestas de sol.