Puesta de sol en Miyajima

Después de pasar una mañana en el parque de la Paz de Hiroshima, me dirigí a Miyajima guchi y en Miyajima guchi cogí el ferry de JR para llegar a Miyajima. Tuve suerte, llegué a la isla a las dos del mediodía, marea alta, el torii de Miyajima estaba en el agua. Paseé por la isla y subí hasta la cumbre con el funicular y luego bajé por caminos entre templos y bosques ( un descenso de dos horas y media). Caminé por el paseo marítimo hasta las siete y me fui a tomar el ferry para cruzar a Miyajima guchi.

Fantástico.

El cielo se estaba incendiando. Ya no había ojos para el suelo, todos los ojos estaban fijados en el cielo. Una puesta de sol con toda la gama de colores de las llamas.

Fue uno de los mejores días del viaje de 17 días que realizamos por Japón. La mejor tierra que he visitado, donde fuego, tierra, agua y aire se entrelazan para formar los mejores paisajes naturales del mundo. En esa isla, Miyajima, cerca de Hiroshima, a media hora del puerto, pudimos parar el tiempo y el universo.
Ahí observamos el origen de esta gran cultura. La experiencia empieza por la tarde, en la hora mágica donde puedes ver como las fuerzas gravitacionales de la luna, la marea, va cubriendo el suelo de un templo alzado que convierte la arena y la playa que estabas pisando en un mar tranquilo y agradable.

Un lugar donde dejarse llevar por los sentidos y el lugar donde se encuentran las mejores ostras que se pueden encontrar y degustar tanto en crudo como con una exquisita tempura en Hiroshima.

Yo la pude disfrutar desde el ferry de camino a Miyajima y después en la isla. Recomiendo ir con tiempo y verlo desde el famoso Torii de Miyajima.