Puerto Viejo

Supone otro atractivo mas en el viejo puerto, ese día llovía y quedaba un solo puesto de pescado junto a la noria.

A mediados de noviembre las pequeñas casetas que componen el mercadillo navideño del puerto marsellés, ya están casi montadas.
Los puestos de pescado y marisco son más habituales y están durante todo el año. Lenguados, pescadillas, marisco...., lo que hay depende de la captura del día y la temporada, pero aquí salvo raras excepciones, la frescura está garantizada y es evidente que acaba de llegar en una de las cercanos barcos de pesca que hay allí mismo.

Marsella es una gran ciudad portuaria del sur de Francia, la segunda más poblada.
En la foto se observa el puerto, con la gran diversidad de colores de los distintos barcos y al fondo, la basílica de Notre-dame de la Gare, el punto más alto de la ciudad.
Si te gusta el turismo de playa, Marsella no dispone de extensas playas de arena fina, pues predominan las calas. Las calas de las islas Frioul son preciosas, agua cristalina y perfectas para hacer snorkel. La última vez que estuve pudimos ver estrellas de mar, liebres marinas y una gran diversidad de peces.

Posiblemente, el puerto de Marsella sea uno de los lugares más bonitos de toda la ciudad.
Rodeado de bonitas fachadas y con un mar lleno de barcos, alrededor del puerto se encuentran gran cantidad de restaurantes, una zona muy amplia para pasear un unas vistas estupendas, sobre todo de la catedral de Notre Dame de la Garde.

El puerto tiene forma de U y está rodeado por los fuertes de Saint Jean a la derecha y de Saint Nicolas a la izquierda. De frente, dejando atrás la U, están las calles más comerciales de la ciudad y algunos de sus rincones más turísticos.

Tiene que visitar este lugar si va a Marsella. Este puerto nació hace 26 siglos y tiene muchísima historia. En aquel entonces, los marineros griegos llegaban hasta este puerto atraídos por la grandiosidad y la belleza del sitio (que antes era una bahía). Según la leyenda, su líder fue elegido como marido de Gyptis, la hija del rey de Segobriges. Este matrimonio simboliza la unión de Marsella con el Mediterráneo, que acoge favorablemente al extranjero que llega por mar. Estos pioneros, comerciantes, crearán varios puestos en toda la costa del Languedoc y España y harán que el puerto de Marsella se convierta en lo que es hoy: uno de los puertos más bonitos y famosos del mundo.

Tienes transporte gratuito que te lleva al centro de la ciudad. También hay Autobuses urbanos frecuentes. Hay un gran centro comercial con muchas opciones.

Bonitas calles con tiendas y restaurantes interesantes. Se puede visitar la catedral que es muy interesante

Hay una cantidad de naves impresionantes y el mar es tan claro q se pueden ver bajo el agua las cuerdas de amarre. Durante la semana y por las mañanas se puede ver los puestos de pescadores ofreciendo su cosecha del día y por la noche ir a cenar a alguno de los restaurantes que están sobre la costa.

La rendición de una ciudad ante el Sol cada anochecer

Marsella, sinceramente, no es una ciudad que entusiasme al turista. Es muy grande, muy ruidosa y siempre llena de gente. Además, en general es bastante fea, aunque hay cosas bonitas. Quizá lo mejor es la zona del puerto antiguo, donde hay buenas vistas, además, de la colina.

Mezcla lo antiguo con lo moderno en una fusión estupenda. Un puerto pesquero, que hoy en día sigue siendo el punto de encuentro y reunión del pueblo marsellés. Lugar con encantó y punto neurálgico de esta bonita ciudad multicultural.