Una ciudad que es un puente
Hay ciudades que van indefectiblemente ligadas a un elemento arquitectónico, y en el caso de Pontevedra esta ligazón es doble, porque el propio nombre de la ciudad incluye la palabra puente, que es lo que significa ponte en latin, y vedra viene de veteris, viejo, así que Pontevedra significa Puente Viejo.
Este puente, para mi el más bonito de la ciudad, es además la arteria por la que fluye la vida en Pontevedra aún hoy en día, ya que las murallas comenzaban en un extremo del puente, protegiendo a la ciudad de los ataques, y toda la vida comercial se aglutina en sus orillas, aún hoy la parte exterior de la ciudad alberga un mercado informal donde las señorinas venden los productos de su huerta, al estilo de las ferias francas de la antiguedad.
El puente que vemos hoy cruzando el río Lérez es de la época medieval, con algunas modificaciones, ya que el puente romano que había dado nombre y origen a la ciudad estaba en ruinas y en el siglo XII fue reemplazado por el actual.
Forma parte del Camino de Santiago portugués, y en él se firmó la llamada Paz de Lérez entre el rey Fernando II de León y el portugués Alfonso I, así que es un puente que merece mucho más la fama que otros modernos tipo peineta que a pocos metros intentan mirar por encima del hombro al del Burgo.


