Era muy necesario
He cruzado el vetusto Puente de Cádiz, el dedicado a Carranza, muchas veces, una vez incluso a pie aunque esté prohibido. Por eso ha sido siempre una aspiración en la ciudad un nuevo puente que solucionase el cuello de botella que se forma en los accesos. Cádiz es una ciudad pequeña, en tiempos de la invasión napoleónica la isla de León (motivo por el que nunca fue tomada por los franceses que carecían de barcazas para tomar San Fernando y Cádiz), pero con los atascos en las entradas de las grandes metrópolis.
Andábamos esperando desde el año 2003 que alguno de los proyectos que se debatían cuajase pero no fue hasta el 2008 cuando empezaron a instalarse pilares en la bahía. Tenían que salvar una distancia de 581 metros de mar y han tardado en inaugurarlo hasta el 24 de septiembre de 2015.
Es un puente enorme, el antiguo conecta con el inicio del “paseo de los beduinos” (así se conoce aquí a los que viven fuera del casco amurallado) y para llegar al centro pasas tantos semáforos que terminas amuermado. Pero este puente conecta directamente con Astilleros y en menos de un kilómetro ya estás en el centro.
Además se permite circular a 100 kilómetros por hora y no como en el antiguo, a 60 y con radares. Es un puente enorme, de los mayores del mundo con unas cifras espectaculares.
Su longitud total, teniendo en cuenta que tiene un viaducto de acceso sobre San Pedro, es de algo más de tres kilómetros, por longitud sólo hay en Europa 19 puentes más largos que éste.
Tiene una anchura de más de 30 metros, lo que permite seis carriles y acerado. En su parte central es un poco más ancho, un par de metros, porque es más elevada y es allí donde soporta el peso del puente ya que es de estilo atirantado y esas torres son las más altas de España, con 185 metros.
Además tiene 39 columnas o apoyos, de ellos 12 en el mar y el resto en el viaducto de acceso.-
En los años de su construcción se rumoreó que la zona de Cádiz por donde entraría se encarecería. De hecho allí mismo instaló Hipercor un gran centro comercial que todos pensábamos que sería un gran acierto comercial. Nos equivocábamos, el paseo marítimo carece de movimiento y los negocios que abrieron al olor del puente van cerrando paulatinamente. Todos pasamos por el puente perro no nos paramos porque a donde vamos es al centro de Cádiz y por esa zona no hay más aparcamientos que el de Hipercor y casi siempre lleno.
Se le ha dado en llamar Puente de la Constitución de 1812, un título rimbombante y largo que aquí no acepta nadie. Para los gaditanos es el puente de la Pepa, aunque lo de Pepa fue un nombre despectivo que el rey por el que habían luchado los españoles aplicó a una Constitución que no quería.
En un principio la obra estaba tasada en 27 millones de euros con un plazo de ejecución de 42 meses, pero Navantia se empeñó en que el puente tenía que tener un tramo elevable por si tenía algún encargo de algún superbarco. Y como en este país estamos a disposición de las grandes empresas el presupuesto se elevó a 510 millones y costó 8 años terminarlo. Eso sí ahora tiene un tramo central elevable, el segundo tramo más alto del mundo en puentes, que jamás que yo sepa se ha levantado, pero ahí está. Al parecer con los 69 metros que hay entre el mar y el puente no era suficiente.
Para llegar al puente sigues la autovía de acceso a Cádiz y, a la altura de la barriada de Río San Pedro, la autovía se bifurca permitiéndote elegir cuál de los dos puentes quieres cruzar. Ya tu elección depende de a qué zona de Cádiz quieras ir. A la salida tiene un pequeño problema, coinciden los dos carriles de cada puente fusionándose en tres por lo que los dos carriles centrales o tienes cuidado o te empotras con quien esté usando el del otro puente.
Cuando se inauguró tengo que confesar que sentimos una doble decepción. Tantos años y tanto dinero para al final crear un duplicado del puente ya existente, me explico. Para llegar al Puente nuevo tienes que situarte a doscientos metros del viejo. Los dos salen casi del mismo sitio aunque lleguen a destinos diferentes. Todos esperábamos que el Puente de la Pepa saliese de terrenos del Puerto de Santa María, lo que acortaría la distancia a Cádiz en una decena de kilómetros al menos.
También fue decepcionante su inauguración. Con las prisas de la campaña electoral un buen día se encajó allí Rajoy siendo recibido por Teófila Martínez, antigua alcaldesa del PP. El actual alcalde, de Podemos, se enteró del acontecimiento por la prensa y allá que se encajó a recordarle a Rajoy que llevan años prometiendo industrias en la zona. Pero con ser este show penoso más aún es que el puente no está terminado. Se inauguró sí, se han abierto dos carriles en cada sentido del tráfico sí, pero aún quedan otros dos carriles donde las obras continúan no sabemos por cuántos años.
En resumen si vas al centro de Cádiz pasa por este puente, y recuerda que aunque esté a la derecha del otro para llegar al Puente de la Pepa tienes que ir por la autovía por el lado izquierdo. No se les ocurrió lo más evidente, una salida hacia la derecha.
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