Avispas budistas
Cuando llegue al chedi de Prat Yonoknakom Sangkum volví a encontrarme esas 'bolsas marrones' que había visto antes en otros templos budistas de Tailandia. Oscuras, deformes y siempre colgadas lo suficientemente alto para que mi incipiente miopía no pudiera determinar su origen y/o utilidad. Para mi eran esas ‘desconcertantes bolsas’ demasiado feas para ser decorativas.
La realidad no tenía nada que ver con lo que mi mente había organizado. Ni siquiera eran bolsas, ¡eran avisperos! Así me lo contó la amiga que me trajo hasta la stupa del Prat Yonoknakom Sangkum (y que casi se muere de la risa ante mi pregunta). Avisperos, ¡socorro! A partir de entonces empecé a fijarme bien y si, es cierto, si observas con atención ves como se mueven las avispas. Hacen como olas. Dios, perdón, Buda, qué miedo.