Playa de postal
Hemos comenzado nuestra segunda parte de nuestras vacaciones en un lugar del Algarve menos "conocido" según te venden, aunque tiene zonas como son la playa de Doña Ana, una pequeña cala que se accede por unos senderos para llegar a una gran escalera de madera que solo sus vistas merecen la pena. La bajada es suave y a la vez agratificante por sus vistas, pero lo mejor esta en su playa, de arena formada por la erosión de los acantilados y solo tocarla relaja. Como si de una fortificación se tratase, esta playa esta unida mediante un túnel en la piedra con otra cala menos atractiva debido a sus grandes paredes que hacen demasiada sobra. Volvemos a "Praia Doña Ana" para disfrutar, relajarte y sobre todo notar sus frías aguas en tu cuerpo, que según mi novia "es buenísimo para la circulación".