Minas de Potosí

En la ciudad minera de Potosí, existe la posibilidad de bajar a la mina, a ver como trabaja la gente, sin luz, con poco aire y en condiciones extremas.

La visita se reserva a través de una agencia de viaje, vale 35 bolívares para la mañana, más tienes que comprar unos regalos para los mineros, pueden ser hojas de coca, que mastican para no sentir el frío, la altura y el cansancio, cigarrillos, fósforos… Serán otros 5 Bs.

En las minas, se baja con un trenecito sobre un carril estrecho. Para aguantar, algunos mineros se toman un alcohol con 96 grados!

Durante 300 años, Potosí fue un proveedor mayor para los colones españoles de plata, que servía a pagar las deudas de las guerras. Las monedas se fabricaban en la ciudad, y luego se mandaban a Europa. En esa época, los españoles hacían trabajar a los indios aymara, y a los negros esclavos que habían traído de áfrica. Bajaban a la mina y no subían en 3, 4 o 6 meses! Muchos africanos no aguantaron ya que no soportaban la altura.

La mayoría de los viajeros que llegan a Potosí tienen el propósito de meterse en las minas y ver a los mineros trabajando. En algunas calles de la ciudad hay agencias de viajes que ofrecen tours de hasta 7 horas bajo tierra. Y en las vidrieras muestran fotos. Yo las miro y automáticamente me da claustrofobia y siento que me voy a desmayar.
Sin embargo, no hace falta bajar a las profundidades de la tierra para ver lo que depende esta ciudad de la minería. Basta alejarse unas cuadras del centro de Potosí hasta una gran torre muy moderna (la única que hay en la ciudad y visible desde cualquier sitio) y subir hasta su piso más alto, donde funciona un singular restaurante giratorio.

Un lugar completamente distinto al que comocemos habitualmemte.

Se hace una ofrenda al entrar a la mina.

Dentro de la misma es muy peligroso, esta a 4200 msnm difícil de andar pero el querer conocer puede mas.

Las excursiones varían de 30 a 80 bolivianos, de acuerdo a la agencia contratada.

La historia de la minería es triste y más en esta parte del planeta, pero adentrarte en una mina activa en Bolivia es una experiencia inolvidable.

Eso si, prepárate para el polvo, la falta ocasional de aire, la oscuridad, subir y bajar por agujeros....vamos, lo que hacen los mineros todos los días de su vida.

Esta fuente, al parecer interminable de minerales, ha sido explotada desde la época de la colonia, y su actividad sigue en pie después de tantos años. Para hacer el recorrido existen un montón de agencias de turismo a una calle de la plaza principal, al frente de la Casa de la Moneda, usualmente el tour dura una hora y media y podrás conocer el sistema de las minas que fácilmente puede ser como un laberinto, recuerda siempre estar cerca del guía.

En un punto del recorrido conocerás al "Tío" de la mina, hay que mostrar el debido respeto. ¡Es una experiencia muy interesante!

Te dan ropa para poner arriba de su propia ropa para que no se ensucie mucho.También te dan un casco con luces que es muy útil.

Me pegue la cabeza un par de veces porque soy alto y los túneles son muy pequeños.

Me dolía el cuello al caminar agachado por mucho tiempo pero valió la pena.

Fue irreal estar en un lugar donde millones de personas han muerto.

Al fin, llegamos a una estatua del Tío. Tuvo una cara de monstruo y cuernos. Estuvo cubierto en hojas de coca y cigarillos.
Esperaba sentir algo ominoso pero solo era una estatua.

Fue interesante y

No me gusta la historia de las minas en Bolivia porque son muy triste.