Terminamos nuestra visita a Pointe du...
Terminamos nuestra visita a Pointe du Raf y a pesar de estar a escasos kilómetros uno de otro, la tarde iba cayendo y el sol se había puesto en el horizonte aunque quedaba el último rayo.
El lugar casi desierto, apenas tres caravanas aparcadas en el parking al efecto, le proporcionaba un aire bucólico y hasta tétrico con la sola compañía de la antigua Capilla de St. Thoy y una pequeña fuente dedicada a San Mateo.
El frío húmedo se iba intensificando y nuestra visita duró poco más de veinte minutos, pero sin dudas ha sido uno de los lugares mágicos que más me han atraído de Bretaña.