Romper la Hora
Cada Jueves Santo por la noche se repite en Híjar un rito excepcional. A partir de las 23'00 la plaza empieza a llenarse de gente vestida de negro, con tambores y bombos, hasta que a las doce en punto el alcalde, subido en la farola que hay en el centro, levanta su bastón y aquello estalla, pues todo el mundo empieza a tocar a la vez. Es algo atronador, estremecedor, impresionante y auténtico como pocas cosas. A partir de ese momento el sonido no cesará hasta el sábado por la tarde, pero habrá mucho más. Tradiciones más que centenarias se sucederán durante menos de 48 horas que parecen una eternidad. Los cantos de los Rosarieros (como el "Ay de mí", que llevan cantando desde finales del siglo XVIII), el pregón ("Almas cristianas. Almas redimidas por la sangre de Jesús. Sabed que esta tarde..."), que nos lleva a otra época, y muchísimo más.