Haciendo patria
Debió ser difícil encontrar un estilo que aunara las características no sólo técnicas y arquitectónicas propias de cada región española sino también su idiosincrasia. Así que poco menos que se lo inventaron. No exclusivamente para la plaza de España sevillana, aunque sí que fue el crisol donde de unieron y fundieron muchos de los experimentos estilísticos de lo que se dio en llamar regionalismo andaluz, con guiños al mudejar y al barroco, restos de la antigua grandeza del país.
Porque claro, en aquellos años de principios del siglo XX, el panorama español estaba bastante confundido, convulso y hasta desorientado. En plena II República había que seguir demostrando la excelsa grandeza de España y la unión ( con algún desgaje) de los pueblos que la formaban.