Santa Catalina y el Pescante
Después de pasar la gasolinera de Hermigua y unos agradables cafés con terraza, un cruce nos da la opción de seguir a la izquierda, descendiendo hacia los últimos barrios al borde de la carretera general, o bajar a la derecha, hacia la playa. Al norte de la playa está la carretera que lleva a Lepe, en Agulo, y al sur de la misma, a los restos del pescante por donde se embarcaban antes los fardos de plátanos rumbo a Inglaterra.
Junto al viejo pescante se ve hoy a vecinos de Hermigua practicando la pesca con caña o gente que sencillamente va a dar un paseo para hacer algo de ejercicio. No nos quisimos arriesgar a pasar porque un cartel nos informaba de peligro de derrumbamientos.
El auge del cultivo de la platanera a principios del siglo XX motivó que, en 1907, la sociedad la Unión, con un capital de sesenta mil pesetas, promoviera la construcción de un pescante para embarcar y exportar los productos de este frondoso valle. Unos años después, en 1923, y con un capital de trescientas mil pesetas, se levanta otro de 150 metros.
El inicio de la actividad del muelle de San Sebastián de La Gomera dejó obsoleto al pescante y su estructura metálica fue desmontada y vendida en 1957.
Ya lo que queda es poco más que las bases y cuatro pilares de hormigón que resisten la fuerza del mar como cuatro titanes de piedra.
En cuanto a la playa es de puro canto rodado, o como decimos aquí de cayado. Muy abierta al mar y sin protecciones, el agua es muy limpia, pero hay que tener cuidado con las corrientes.