Precioso paseo
Dar un paseo hasta la playa del Aila, a las afueras de Laredo, es un plan perfecto para un día de sol, aunque la temperatura no invite a bañarse. De hecho, mucho ojo, pues esta playa existente en función de las mareas (cuando el agua está alta ni la verás) no es un sitio precisamente seguro para darse un chapuzón (yo no lo haría si no fuera muy buen nadador).
Ahora, bonito lo que se dice bonito es increíblemente bonito. La estampa de las olas chocando contra la rocosa costa deja sin aliento. Si te atreves a bajar por las rocas y no te importa mojarte (insisto, con muchísimo cuidado) pude que vuelvas a casa con unas fotos impresionantes.
Las vista a lo largo del recorrido son inmejorables pues se trata de un entorno casi salvaje, donde los verdes prados del monte se dejan besar por el mar. Si echas la vista atrás podrás disfrutar de una exclusiva estampa compartida por la salida del Túnel de Laredo (a la izquierda), la Atalaya, la playa Salvé y la peña de Santoña (a la derecha).
Es de mis excursiones favoritas. Buena, bonita, barata y para toda la familia.
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