Playa de Gueirúa

Playa de Gueirúa

La costa del Cantábrico, y Asturias en particular, tiene increíbles playas. Pero tal vez la Playa de Gueirúa sea la más espectacular de ellas.

Se encuentra en el pueblo de Santa Marina, y pertenece al concejo de Cudillero. Para llegar se tiene que descender por un camino (de un kilómetro aprox.), bastante fácil y amplio al principio, que se estrecha terminando en una empinada escalera en la roca en el tramo final para llegar a la playa. Por consecuencia, la subida no es fácil en este tramo de las escaleras hasta que llega a la pista.

La vista a esta playa virgen de Gueirúa la tienes en la primera curva. Ya podrás apreciar las formaciones rocosas en forma de sierra, conocida como “La Forcada”. Es la línea divisoria entre las playas de Gueirúa y la playa del Calabón, otra playa virgen.

En mi opinión, las playas del Concejo de Cudillero (Asturias) son las más bellas que se pueden encontrar en la costa cantábrica. El difícil acceso a muchas de ellas, situadas mayoritariamente a los pies de acantilados, han permitido que se conserven prácticamente inalteradas al limitar la explotación humana del entorno, ciñéndose esta a la cetáreas y a la pesca tradicional o deportiva, actividades perfectamente compatibles con el entorno.
A la más conocida Playa del Silencio (o Gavieiro) me gustaría añadir las playas de Gueirúa de La Vallina. A la primera accederemos desde la localidad de Santa Marina a través de un sendero, lo que nos llevará entre 20 minutos y media hora. Tiene forma de concha, con una longitud aproximada de 175 metros. A poniente hay un acantilado de pizarra y cuarzo, con unos 80 metros de altura. La Playa de La Vallina tiene un acceso relativamente más fácil, al poder accederse a ella mediante una pequeña pista forestal. Es recomendable realizar el camino a pie durante unos 15 minutos a partir de la localidad de Oviñana. Es una playa virgen de arena clara y cantos rodados, con una longitud de algo más de 1 kilómetro.

Y de repente parece que estás en una peli de ficción.
El micro clima que hay abajo, esa niebla húmeda que se genera, los picos que salen del agua y la arena casi negra la hacen muy atípica y espectacular. Me encantó!! La subida de vuelta mereció la pena, sin duda.

El coche hay que dejarlo arriba, y andar un poco hasta las escaleras. La bajada muy bien, pero luego hay que subirlo con toda la humedad. Pero merece la pena.

Recomendable llevar escarpines.

Desde el pueblo de Santa Mariña accedemos a un camino que nos acerca a las escaleras que bajan a la playa mientras disfrutamos de unas vistas impresionantes. Si te animas a visitarla comprueba que la marea esté baja para ver los bolos.

Este paraíso lo conocí gracias a mi nube. Una maravilla para los sentidos que jamás olvidaré. La atmósfera que se crea en ese pequeño paraíso con arena virgen, desde la que contemplas la playa del silencio, y donde el agua está cristalina es incomparable.

El acceso es por una escalinata bien habilitada y merece muchísimo la pena. Todo lo que diga es poco, las fotos hablan por si solas. No dudéis en ir.

Una poco conocida playa ya que solo suelen ir los amantes de los paisajes y las fotografías debido a su complicado acceso (hay que andar 1,5 km y bajar interminables escaleras para llegar).
Sin embargo para los amantes de los paisajes es una playa con un gran interés ya que esta surcado por filas y agujas de espectaculares rocas. Un sitio ideal para retratar en una cámara.

Pegada a la Playa del Silencio y sin tanto tráfico de gente que va a visitarla, esta playa está llena de magia y se respira paz. El agua es cristalina, la arena completamente fina y clara. Mi momento favorito es al atardecer, las puestas de sol son impresionantes. Gran lugar para amantes de la fotografía y de la naturaleza.