Montserrat Duran Albareda
Si no sopla la tramontana...
Prácticamente donde la Costa Brava desaparece para tomar el nombre de otra costa, la francesa (la Côte Vermeille). Ambas de un azul intenso, bordeadas por rocas, pinos y construcciones más o menos respetuosas, más o menos agresivas. En invierno o en primavera estas playas se muestran como son, tranquilas y limpias, menos cuando el mar anda algo enfadado: la tramontana, siempre manda.