Una bicileta rosa, una carvana hippie...
Una bicileta rosa, una carvana hippie aparcada en la puerta, una pizza que se llama Obama o un perro que se pasea como Pedro por su casa por un pequeño espacio decorado con baldosas de ajedrez. No es una pizzería italiana, ya que sus pizzas no responden a los cánones tradicionales. Tampoco es un 'diner' americano, aunque uno de sus dueños, Jamie, sea un cocinero estadounidense. Y tampoco se trata de un restarante francés, a pesar de que Marie, la mujer del cocinero, sea francesa. Simplemente es Pink Flamingo, una restaurante atrevido y acogedor que ofrece a sus clientes mucho más que pizzas.
Bajo la filosofía de 'Pas comme les autres' (No como las demás), Pink Flamingo nació en 2004 con la intención de convertirse en una pizzería diferente. No hay más que echar un vistazo al menú para darse cuenta de que es cierto. Ingredientes como foie gras, magret de pato, espinacas o pollo a la cubana delatan que sus pizzas no son precisamente tradicionales. Hasta tienen la pizza-paella, a la que han denominado L'Almodovar. No te pierdas tampoco la que rinde homenaje al presidente de EEUU, con bacon y piña, o la pizza postre, hecha con Nutella.
