Mirador privilegiado sobre el Estrecho
Un estruendo de graznidos pone banda sonora al acantilado de Barbate. Gaviotas, grajillas, garcillas bueyeras y otras muchas especies de aves marinas habitan en los escondrijos de esta pared de casi 100 metros de altura que se alza en el litoral gaditano, entre las localidades de Barbate y Caños de Meca, un espacio protegido desde 1989 que engloba la mayor pared costera de la provincia gaditana.
Para acceder a la parte alta del acantilado hay que tomar la carretera de Barbate a Caños y dejar el coche en un aparcamiento debidamente señalizado a mitad de camino. Una senda lleva desde allí hasta la Torre del Tajo, cuya vieja estructura del siglo XVI sigue marcando el lugar más elevado de la pared. Su función primitiva era servir de vigía para prevenir a los habitantes de la zona contra incursiones piratas.