Dormir y piscina
Oradea resultó más caro de lo que pensábamos en cuestiones de alojamiento, además por alguna razón había muy poca disponibilidad y la pensiunea Eclipse que habíamos reservado estaba lejos del centro, en una zona residencial y de no fácil localización.
Aún así es de esos lugares que sin ser demasiado buenos, les coges cariño sin saber muy bien por qué. Nos recibió el dueño vestido con un uniforme blanco de médico, un moreno exagerado y un humor complicado pero de risa contagiosa.
A las habitaciones no les hicimos ni foto porque no tenían nada destacable, sosas y con un baño muy mejorable. No incluía el desayuno pero como muy positivo resaltar el pequeño balcón individual de cada habitación, las hamacas y la piscina. Es un lugar tranquilo para dormir pero ojo con los mosquitos.