De concha a concha vemos la playa
Una vez dejamos la villa Monifieth atrás, seguimos nuestro camino costero por el este de Escocia, rumbo norte hasta que llegamos al selecto pueblo de Carnoustie, donde una vez más el golf es eje central de todo y pobre de aquél que pretenda no gustarle ... malas caras, gestos y cosillas así. ¡Ole ellos!
Dejando el deporte al margen, encontramos un precioso paseo marítimo que está separado del mar por rocas y en alguno de sus puntos por murallas no muy altas, geniales para apoyarse y disfrutar de las vistas al mar.
Este paseo tiene más o menos dos kilómetros y resulta cuanto menos curioso que se encuentre dividido - en distancias equitativas - por unos bancos para sentarse que se encuentran flanqueados por una muralla semicircular que en ambos de sus extremos presenta una especie marina, autóctona de esa costa. Casi siempre moluscos. Entre el pueblo y el paseo hay un espacio verde alargado que hace más tranquilo y relajado el recorrido.
