El encanto de pasear junto al mar
Sin duda alguna el lugar más concurrido por todos los visitantes en la estación veraniega ya que es el acceso directo a la playa del pueblo y donde se concentran bares, restaurantes, heladerías y otros establecimientos de similar índole. Muy agradable, a cualquier hora del día.
Sin duda una estampa preciosa del pueblo, desde el puerto deportivo hasta que la desembocadura del río Barbate nos impide seguir. Con dos niveles, diferenciados por altura, lo que proporciona un auténtico balcón al mar.
Durante muchos años, incluso décadas fue el lugar de marcha de esta villa por antonomasia, lo que creo que ha dado un poco lugar a un público más maduro y de carácter familiar, pero no hace demasiado no éramos pocos los que allí nos tumbabamos unas litronas de cerveza, disfrutando de la brisa marinera. Pero todo cambia, lo que no es del todo malo.